Escribir o no escribir.
Siempre he estado hablando de lo fácil o difícil, de lo dulce o lo agraz.
Me gusta decir las cosas que siento, veo, leo, tengo, me gusta escribir. A veces parece un mar de ideas deshiladas con alguna intención final, a veces los dedos sobre el teclado fluyen de manera fácil e irrefrenable. Hoy seguiré escribiendo.
Esta mañana, como de costumbre, desperté muy enamorado, mucho mas que la mañana de ayer me atrevería a decir. Esta mañana sentí mi Santiago de Chile olor a invierno.
La vida sigue! Siempre tendré amigos y enemigos, fidelidad, pobreza y riqueza. El mundo ni la vida se detienen, siempre será invierno, verano, otoño o primavera. Todo siempre en un constante devenir de situaciones, palabras, todo cambia, pero a la vez todo sigue igual...

¿Podrá cambiar el amor que hoy siento?

Solo para ti.

Si seré tonto e imbécil. Recuerdo viejos años, de estable pareja. No daban ni ganas de levantarse con el frío de la mañana, después del calor humano durante la noche que era tan permanente. Mientras se traspasaba pura energía masculina hacia mí. Sentía su aliento en mi mejilla y oreja. La mejor instancia de amor y abrigo a la vez. Esos besos cortos e intermitentes, rugosos y suaves, Ay Madre Tierra, ¿cuando los repetiré? (Rodrigo Muñoz-Opazo)

Esto también lo deseé y soñé.
Ahora que lo tengo, veo lo complejo que es mantenerlo, seguir y continuar con todo lo maravilloso de estar en pareja. Hay días en que hasta huyo de esto, invento errores o planes para acabar con esto, y luego vuelco hacia la verdad nuevamente para seguir abrazándote y sintiéndote respirar cada noche y cada mañana. Me asusta el amor de esta manera, me asusta el amor verdadero en mi mente perversa, me asusta todo lo que mi corazón pueda llegar a inflarse. Lucho contra la oscuridad y me mantengo feliz en la luz de la verdad y la confianza. Ciego como nunca camino hacia ti, hacia tus besos y abrazos, hacia el verdadero rostro del amor que somos tu y yo. Oculto, escondido entre nuestras sábanas dejo de temblar y dejo que nos refugiemos en nuestro olor, en nuestra masculina aventura que emprendimos juntos y pretendemos mantener. Ven, estate quieto junto a mi, acomodate en mi pecho y respira lento mientras acaricio tu frente empapada en sudor.
Te amo, y no temo publicarlo. Te amo mi amor. Estar así de enamorado es lo que le da energía a mi vida.
Solo tu sabes lo que hay en mi corazón y solo a ti puedo hacértelo entender amor mio.
Ven nuevamente como cada noche amor mio...
Cada mañana esa sensación de abandono al alejarnos por unas horas al día, cada mañana me cuesta mas. Cada mañana de besos de confianza y anhelo. Amor, amor de mi vida, solo para ti.

Así que te creías, Santiago.

No soy viajero ni conversador, esa es mi gracia; y en mis paseos hablo con los pueblos, que me ofrecen regalos como la quietud de los campos, lo bizarro de los puertos y el sonido de las costas.
Pero tú Santiago me aburriste. Eres egocéntrico e individualista, cada detalle que muestras no hace más que confirmar tu vanidad descontrolada; quieres sentirte necesario, único, con tus tiendas de ropa alternativa, tus clínicas con servicio de hotelería y tu aparente diversión excepcional; te vendes como esa innecesaria tele de 90 pulgadas que me convencieron de comprar, que no tiene más utilidad que frustrarte con un mundo ficticio y manipulado donde supuestamente debes vivir. Y peor aún, te presentas como lugar de oportunidades, sin avisar que cobrarás cada cosa que uno haga. Eres un mercantilista que absorbe la vida de otros justificando en tus productos exclusivos el alto costo que nos cobras.
Tú, Santiago, te asemejas al bar de moda, atestado de gente y humo. Ese bar con 5 pistas y 9 ambientes, de los que sólo alcanzaste a conocer dos. Ese bar en el que perdiste media hora en entrar y otra más en encontrar asiento; donde tuviste que abrirte paso a codazos para llegar a la barra, terminando con un moretón en tu pie derecho, una marca de cigarrillo en tu chaqueta favorita y tu brazo mojado por el ron que cayó en el camino. Ese bar donde te topaste con la mina de Yingo, que te miró de arriba abajo y te despreció porque se cree exitosa. Ese bar con la música electrónica de moda sonando al máximo, tanto que no te deja conversar. Ese bar donde fuiste a la terraza para poder respirar pero no pudiste porque estaban todos fumando. Ese bar que no te tincaba pero te engatusó con su barra exclusiva y exótica; donde pediste un trago hawaiano que no estaba ni tan rico porque te lo hicieron apurado, donde te tomaste 5 porque no vendían otra cosa, y que al final no hizo más que dejarte con una resaca terrible al día siguiente.
Yo lo sé y tú también lo sabes, eres ese lugar que ofrece miles de alternativas y después te muestra la cuenta: horas de vida por ir al cerro, miles de pesos por ir al concierto de Madonna; el dolor de tu brazo derecho por mantener sujeto el bolso, la garganta irritada por el humo citadino, el oído atrofiado por los bocinazos, y el individualismo instaurado por el miedo, la reticencia y la frustración que compartes día a día con tus compañeros de la micro. Sí Santiago, eres como el crédito con cuota flexible del banco que te auspicia, puedes comprar lo que quieras pero nunca sabrás cuanto te cobra. Absorbes la vida y absorbes el alma, Santiago, tú lo sabes. Enójate, ¿y qué?.

Sí, me engatusó un rato el bar de moda, pero al final agobia, agota y te deja vacío y sin plata.
Yo prefiero el bar de don Tito, que vende la Pilsen y el completo; donde a medianoche la Romina, que es la nieta de don Tito (y que se puso a pololear con el hijo del tío Julio), te da un pan con pebre porque te cachó que estabai medio doblado. Prefiero la Fuente de Soda con el flexit descascarado, donde mi tío Pepe a las 5 puso a sonar su radio AM donde tocan las rancheras. Total ¿pa’ qué quiero el trago exótico que te hicieron sin cariño, la pechugona siliconada que te mira como looser, el sonido envolvente que te revienta los tímpanos y la terraza al aire libre que está llena de humo?.
Prefiero el club social pequeño y de escaso glamour, pero de gran corazón, donde la cazuela de la hora de almuerzo está rica porque la señora de don Tito la hizo pa’ alimentarte, no pa’ estafarte con su monopolio. No como tú, Santiago, nutriéndote de nosotros, encandilándonos con tus lujos innecesarios y oportunidades que al final nunca disfrutamos porque vives refregándonos en la cara que siempre puedes tener más.
Sí, hoy si que renuncio a Santiago, así que espéreme que voy saliendo. Tomo la línea dos del metro con dirección Vespucio Norte y en la Estación Los Héroes combino hacia San Pablo, me bajo en la Estación Central, hago la cola pa’l pasaje, tomo el metrotren, hago el viaje y llego. Iba a ir contigo mi amor, pero me llamaste recién y se te quedó la billetera y te devolviste, se nos fue el último metrotren, así que me quedó acá nomás...

La ultima vez.

En esto consiste la perfección, en hacer cada cosa, pero hacerla bien; la perfección consiste en hacer cada cosa como si fuese la última vez que vamos a hacerla...

S i pongo esta intención y sentido a cada cosa todo me resulta mejor, no fácil, pero sí mucho mejor.
Hoy llueve de verdad, fuerte, con ganas, como hace días he deseado que llueva sobre la ciudad y me hace sentir escuchado. Puedo ver desde mi ventana a la gente pasar, múltiples colores de paraguas y ropa impermeable. Veo las micros del transantiago casi vacías y se lo lógico de esto, que la lluvia asusta y hace que la gente se guarde o se quede en casa.

Simplemente amar a ciegas con la confianza única que me da mi amor me hace sentir mucho mas tranquilo por estos días. Amar día a día como si fuera la última vez me hace sentir mas entregado y enamorado que nunca, con un limpieza y transparencia única e irrepetible. Creo en este amor que me sostiene y da vida, creo en que mi amor también se sostiene en el mío y vive por el mio. Anoche volvió a enamorarme, anoche volvimos a celebrar el día de los enamorados, anoche hicimos el amor como si fuese la primera y la última vez, anoche mi amor me regaló una flor, anoche volvimos a dormirnos abrazados como si fuera la última vez, hoy me levanté y vi su rostro enamorado, besé sus labios y aquí me encuentro enamorado, confiando y diciendo la verdad.

Hoy pienso en esta canción:

Sonríe 2.0

Siempre se puede sonreír...

Sonríe

Hoy quiero dibujar una sonrisa y trasmitir lo positivo, caminar y avanzar hacia adelante siempre sonriendo, siempre feliz.

Me pregunto por qué escribo. Por una parte para trasmitir, comunicar o dar a conocer las emociones que viven en mi corazón. A quién o quiénes?, no lo se... puede que a cientos de lectores o quizá solo a uno, que tal vez para que quede en el recuero y años mas tarde mirar atrás leyendo mis propios escritos y pensamientos. Por otro lado escribir aunque sea dos ideas de lo que tengo guardado me ha servido mucho como medio de desahogo, en vez de desesperarme por inventar...

Hoy quiero sonreír de verdad, hoy quiero decir la verdad mirando a los ojos, hoy quiero ser feliz

Nuevo día.

"Si me olvido de ti, que se me paralice la mano. Si te dejo de nombrar que se me pegue la lengua al paladar"


Así es como debería estar ahora, con la mano paralizada y con la lengua pegada al paladar, también ciego, sordo y sin poder distinguir gustos.
Cómo es posible, siento que aun no me creo el cuento, que no creo en el perdón ni en la reconciliación, que me cuesta creer en todo, que estoy del otro lado del espejo ahogado en mi maldad, que ver lo bueno en mi y en cada cosa que hago o me sucede me cuesta tanto como encontrar una aguja en un pajar. Hasta siento que para lograr las cosas a veces no basta con un simple querer, que mi voluntad no es suficiente y no basta para realizar cosas.
Dónde está la respuesta. Nuevamente me levanto y miro hacia adelante con las ganas de poder mejorar cada error. No se si habrá otra vez, no se si haya otro perdón ni un momento para pedirlo, por eso parto denuevo, sintiéndome hundido en un retroceso. No basta con cantar victoria antes de la meta. No se cuándo ni cuál sea la meta, solo se que arrepentido lucho contra las malezas de mi jardín. Mas feliz que ayer, y amando mas que ayer voy a seguir mi camino. Hoy estoy bien, mañana espero estar mejor.

Otro día mas

Otro día mas comienza a las 06:55 am, salgo de mi hogar y en menos de un minuto llego a la estación del metro, subo y dejo pasar todas las estaciones en alrededor de 15 minutos hasta llegar al final, luego salgo del subterráneo que en lo particular me aterra bastante, corro tras la micro, me subo y pasan los siguientes 16 paraderos de la Gran Avenida para luego llegar bien al sur por la avenida paralela a la línea del tren. Fin, me bajo, camino media cuadra hasta mi trabajo y ya transcurrió poco mas de una hora. Breve, pero todo un desafío diario en el que se mezcla el sueño, lo lúgubre y frío de cada mañana de invierno o el infernal calor del verano, la alegría de los escolares con la amargura de los obreros, el ímpetu de las mañanas de lunes con el estrés alguna tarde de viernes.

Hoy ya acostumbrado, puedo darme el lujo de observar a la gente, mirar detenidamente sus rostros e intentar compreder sin oírlos lo que podrían guardar sus corazones mas allá de llegar al trabajo u hogar dependiendo del sentido de marcha. Miro esta parte de nuestra sociedad Chilena en la que día a día voy inmerso. Feliz de ver a la gente de mi país levantarse a pesar de todo, y feliz de ser parte de ello. En las tardes la mayoría de las personas, incluyendome, lee o escucha música, otros duermen, pero lo que mas me llama la atención es al cabo de algunos minutos en que los teléfonos celulares comienzan a sonar y los rostros cansados cambian, sonríen, se oyen varios: "yo te amo" o "yo tambiéeeen". La alegría de saberme parte de todo lo normal, incluso de gritar fuerte y con todo derecho: "heeeeeeeeeeey, la puerta" cuando el chofer distraído no se detiene en el paradero solicitado.
Suerte tuve de no pertenecer a transantiago varios años. Hoy parte de ello también siento la suerte de ser parte de esta multitud santiaguina que me muestra esta realidad, que antes veía solo por la tele, muy lejana y externa a lo mío.
Tranquilo, sin prisa ni miedo soy simplemente un usuario que se levanta temprano, corre, empuja, reclama, lee, oye música, duerme, grita, dice te amo... Tranquilo sigo siendo feliz, ahora contigo mas feliz.

¿Solo Dios Basta?

"Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta...Solo Dios basta"

Hace unos días una nueva buena amiga me invitó a ir con ella a un grupo de la Iglesia, pfff!. Lo que me llevo a pensar mucho en Dios, y a recordar lo que de la mano de el viví hace algunos años atrás. Que dulzura cerrar los ojos y recordar esos momentos llenos de paz, tranquilidad y alegría aprendiendo cosas sobre cómo ser mejor ser humano por ejemplo, pero que amargura también al recordar que así como se me daba así también se me sobre exigía muchísimo.

¿Será tan así, bastará solo Dios para que no nos falte nada más?, ¿será capaz el Amado en pleno siglo XXI llegar a la perfección? Lo dudo... La perfección de la que me refiero es exigente y poco empática con la realidad de nuestra época, por eso no creo que sólo Dios baste. Aunque se que con esto blasfemo contra el espíritu santo y quedo por ende fuera de la Iglesia y del cielo, prefiero decir de este modo y por este medio lo que siento y creo. Debemos saber que no todo es fe, también es razón, y la mezcla de ellos es el momento exacto, el minuto perfecto en que desde una base fundada en la verdad podemos llegar a ser felices.

Creo en Dios, pero a mi modo.
Creo en la Vida eterna, pero a mi manera.



Amén.
Así sea.

Hoy

"He aprendido de la forma mas difícil... espero no cometer los mismos errores...mi corazón no ha estado completo ... me es difícil seguir pero la energía y la convicción de hacer lo mejor que puedo me guían..."

Hoy mirando el pasado lleno de malezas siento en mi corazón deseos inmensos de no volver al lado oscuro, y veo cuán difícil es. Me ataca el recuerdo, me angustia en mis sueños, me impide avanzar con alegría, pero no me doy por vencido, así como este otoño casi veraniego que se vive este 2009 en Santiago de Chile, así debe estar mi corazón: Sabiendo que es invierno, pero la luz del sol jamas dejará de alumbrar y calentar. Fuerte y aguerrido, me quedo con esto hoy: Fuerte como un león y aguerrido como un soldado preparado para el combate. Coraza de hierro, corazón valiente de hombre fuerte y enamorado!
Hoy solo se que te amo de verdad!

Dejame (Tango Queer)

Déjeme llevarte esta noche, confía nuevamente en mi y bailemos juntos para siempre. Déjeme mostrarte esta vez que juntos podemos convertir ocho pasos de baile en el espectáculo más hermoso que se haya mostrado. Ven, confía, déjeme llevarte y sentir tus latidos en mi pecho sabiendo que te hago mio en cada movimiento. Dame tu mano amor mio, secaré tu sudor cuando el baile haya terminado, traeré cuando pueda una flor para adornarnos. Déjeme explicar el olor que juntos construimos en el baile de nuestra vida.
Déjeme llevarte, llevame también cuando sea necesario. Ven conmigo, ven aquí, acomodate en mi pecho y descansemos de este baile. Dejame decirte la verdad.