22.12.09



Que difícil es ver de otro modo que no sea a través del de los ojos consumismo que invade las fiestas de fin de año.





En un ir y venir, uno de estos días recorrí la ciudad, sin intención ni lugar de destino elegido, solo caminé. Siendo un día de verano el clima estaba muy raro, el sol no me acompañaba. Lo que si estaba conmigo era un fuerte murmullo, un cacareo estrepitoso de personas invadidas por un sentimiento o más bien por una necesidad evidente de comprar.





Y me dije:


Que los versos de tus labios, o las palabras que puedan nacer de tus pensamientos no se inunden ni se invadan de este coloquio inquieto que aleja de la paz; que las heridas causadas por este efecto no te retrasen para llegar a tu fin; que el latido agitado de tu corazón no se detenga por la locuaz venta de pasiones; que la alegría de ver los ojitos brillosos de tus niñas no se endurezcan; ni que el amor que nace desde tu pecho se ahogue en este mar de equívocos.








Mejor pienso:


Feliz Navidad de todo corazón para cuantos lean mis pensamientos.


Feliz Navidad y Año Nuevo para quien se haya detenido acá.

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Le dijo al mundo de Pablo Soto!