Mi amor...

Llegando a casa por la tarde cansado quiero quedarme quieto oyendo nuestro silencio.
Esta vez voy a mirarte a los ojos y atravesaré tus ojos; quiero hundirme en tus pensamientos hasta rodearlos de nuestro amor.
Quizá no logre ver mucho mas de lo que ya veo, de lo que me agrada.
El aire que haya en lo que separa nuestros cuerpos será el soplo de aliento de vida y juntos nos quedaremos con vista al sur, con vista hacia nuestro para siempre, con la vista necesaria para alacanzarnos hasta la eternidad...